jueves, 21 de septiembre de 2017

HOMENAJE PÓSTUMO AL DOCTOR CHRISTIAN BARNARD

          En el décimo sexto aniversario de su fallecimiento (a los 78 años de edad) ocurrido en Chipre, en un hotel de Pafos, donde estaba de vacaciones. Yo tuve el honor de conocerlo, y quiero rendir homenaje a este hito en la historia de la medicina. Nos conocimos en Roma en 1975 en una rueda de prensa, durante la presentación de su libro “Gli indesiderati”, editado en italiano por Mondadori. Al día siguiente lo entrevisté para los servicios especiales de La Voz de América, para América Latina, y puedo decir que fue un encuentro muy grato, ameno, lleno de cordialidad y el escenario la Piazza del Popolo, cerca del Vaticano.       
                                                                                            

Christian Barnard y   Ricardo F. Ñique Ñique Cornelio 




La operación por la que el médico surafricano pasó a la historia tuvo lugar el 3 de diciembre de 1967, en Ciudad de El Cabo, y permitió al paciente, Louis Washkansky, sobrevivir 18 días antes de fallecer de neumonía, afectado de una enfermedad cardíaca incurable y también diabetes. 

A partir del trasplante de Washkansky, el equipo de Barnard realizó varios más. El cirujano antes de retirarse, tenía problemas de artritis, que le afectaron de forma especial a las manos por lo que en 1983 decidió retirarse de la profesión viajando y dando conferencias en varios países, residía en su granja en la provincia de El Cabo.   

Christian Barnard fue un personaje atractivo y cordial con los medios de comunicación. Se casó y divorció tres veces, fue padre de seis hijos. Su romance con la estrella de cine italiana Gina Lollobrígida duró poco, si bien la actriz, lo desmintió, dijo que sólo eran muy buenos amigos.  

En su novela, “Gli indesiderati”, los indesables, editada por la Mondadori, denuncia el mal trato y la indiferencia a la persona en la sociedad, el odio y la discriminación por el color de la piel, raza o por su condición social.

Christian Barnard era un conocedor de la comunidad internacional con sus numerosos viajes y conferencias, no sólo como cirujano también fue un valiente luchador contra el racismo. Era muy amigo de Nelson Mandela, quien el día de su muerte dijo de él que fue una personalidad muy importante en la lucha contra el Aparthei. 


Christian Barnard,  estaba terminando de escribir otra novela sobre el mal uso de la medicina en el mundo. Dijo, esto me va  permitir visitar América Latina, Perú, México, Argentina, Colombia, Chile, pues conozco muchos colegas de fama internacional, por los que siento una gran admiración, ellos son mis maestros, son cardiólogos que han dado un gran aporte a la medicina, especialmente a la cardiología. Aprovecho para saludarlos desde Roma, la próxima lo haré en castellano. Gracias, ¡adios amigos!   Gracias a usted Doctor Barnard por su amabilidad de concederme esta entrevista.



CHRISTIAAN BARNARD - GLI INDESIDERATI - MONDADORI 1975




domingo, 3 de septiembre de 2017

CON EL EMOCIONADO HOMENAJE A MIS COMPAÑEROS DE LA CHAP- JAP, EN SU ANIVERSARIO



Es la reproducción de la carta enviada desde México del c. MANUEL VASQUEZ DÍAZ al c. Ricardo F. Ñique Cornelio.

Un recuerdo del último viaje de Víctor Raúl a Italia, con él están los hijos del compañero Ricardo Ñique, Ricardo y Rodolfo, Roma, diciembre 1977



Comunal 112, México D. F. México.
Mayo 5, de 1981


C. Ricardo Ñique Cornelio:



Gracias mil por sus líneas y por su magnífico envío de tres premonitorias fotos que me entregó en propias manos mi muy querida amiga Evita Flores. Sí, premonitorias fotos de usted, sus familiares y nuestro gran Jefe

Me impresionó, especialmente, aquella en que Víctor Raúl, entre sus dos hijos, mantiene al menor, entre sus brazos, mientras su rostro refleja una cierta evidente ternura triste, aunque esperanzada en la generación que nos sigue, ya que la de él no supimos utilizar el grandioso camino que él construyó.

Guardaré en mi relicario esas fotos y las mostraré a mis visitantes, pese a la participación culposa que me corresponda en la tristeza de Pachacútec.

 Yo también lamenté mucho, que un apremiante llamado de Paris impidiera nuestra entrevista en 1970. Pero me hago la promesa de visitarle tan pronto como me sea posible. Talvez, durante la segunda mitad del año presente. Mientras tanto, le abrazo fraternalmente a usted y todos los suyos.                

          




                                           Manuel             

                                                                                                                                    


El compañero MANUEL VAZQUEZ DÍAZ, a quien conocí en Roma, vivió en México íntimo amigo de mi hermano Manuel Ñique Cornelio, antropólogo Abrigaba grandes esperanzas en los jóvenes, en las generaciones que nos siguen, insistía, como la CHAP y la JAP. Fue ministro de Hacienda y un gran economista, asesor del Banco de México y autor de numerosos tratados, que ya tendremos ocasión de referir. De Víctor Raúl Haya de la Torre, me comentó que los compañeros que estuvieron con él en el exilio y durante la persecución supieron valorar y comprender la entrega total de su vida, su compromiso con el pueblo y con su Partido y eran tiempos muy dificiles.

En 1928, Haya de la Torre escribió en México “El antiimperialismo y el APRA”, cuyos originales fueron mecanografiados por Carlos Manuel Cox quien con el c. Manuel Vasquez Díaz y otros compañeros desterrados en la capital azteca, dieron vida a la primera edición Víctor Raúl Haya de la Torre, quería mucho a los niños, y se entretenía conversando con ellos. Recuerdo una tarde, en Huanchaco, desde la casa del compañero Hermes Cáceda contemplando a los menores que se adentraban al mar con sus tablas exclamó: “los niños de hoy serán los hombres de mañana” Por eso, Haya nunca descuidó su educación. Víctor Raúl fue un batallador incansable por la unidad de la familia, así la celebración de La Navidad del Niño, era la oportunidad para ver reunidas a las familias, para conocerse mejor y dialogar. Esta fiesta estaba dedicada especialmente a los niños del Pueblo pero era más que eso, era la oportunidad de juntar a la familia en una fiesta en que se ponían de manifiesto la solidaridad de los que más tienen con los que menos o nada tienen. La celebración nunca se interrumpió ni en los tiempos de la clandestinidad del Partido. Otras instituciones como Las Universidades Populares Manuel González Prada, Los Comedores Populares, El día de la Fraternidad, etc. Tenían como finalidad acercar a todos los peruanos sin distinción y estimular la convivencia.                                                                                

Termino con mi saludo especial a la militancia de la JAP, y mi llamado a los jóvenes compañeros: El legado de Víctor Raúl Haya de la Torre deben defender con Fe, Energía y Lealtad: “Sin una JAP fuerte, el APRA no tiene futuro”.                                                                                                                    

 Por Ricardo F. Ñique Cornelio