lunes, 29 de mayo de 2006

ÉTICA Y MORAL EN LA POLÍTICA

ÉTICA Y MORAL EN LA POLÍTICA
(A LA MEMORIA DE HAYA DE LA TORRE Y PABLO IGLESIAS)

Hoy cuando debemos emprender la reconstrucción del Perú, cobran especial trascendencia el pensamiento y la conducta ejemplar de Víctor Raúl Haya de la Torre, quien no se perdió en un laberinto de palabras sin sentido sino más bien hizo accesible a todos los entendimientos los pensamientos más complicados de los filósofos clásicos y de los sabios contemporáneos. Su contribución al quehacer político de su tiempo fue educar a los sectores populares para incorporarlos, como conscientes actores, al debate de las cuestiones nacionales y en las tareas de construcción de una sociedad auténticamente democrática.

Con magistral empeño decía: "Si no sabes aprende, si sabes enseña", en una práctica socrática que no sólo lo aplicó en las aulas, sino en todo instante de su inquieta existencia. Hizo de los iletrados mentes iluminadas por el saber y atrajo a las universidades populares a esclarecidos maestros de su época.

Viajó por su país, para conocer su realidad. Convocó a los jóvenes estudiantes y a los trabajadores a mantenerse unidos, en un frente de redención nacional. En sus viajes por América Latina encontró más identidades que diferencias: El grito de Córdoba, Argentina y la revolución Mexicana, fueron experiencias que inspiraron su concepción latinoamericanista de lucha antiimperialista y contra todo remanente de dominación colonialista.

De allí devino el sembrador de ideas y divulgador de su doctrina. Muchos le siguieron hasta el sacrificio. Otros dejaron sus redes para ser pescadores de conciencias de hombres. Antes que partido político el APRA fue escuela y explicaba, que si el destino del partido era llegar al poder, para transformar al país, debemos tener en cuenta que al poder asciende cualquiera; pero que a la conciencia del pueblo sólo se llega por la vía del conocimiento, de la preparación para producir y crear, para conducir a las mayorías al logro de sus justas y limpias aspiraciones.

Distantes en el tiempo y en la geografía Víctor Raúl estuvo tan cerca de los grandes ideólogos y líderes de los siglos XIX y XX que jalonaron los derroteros de la historia contemporánea.

Como Pablo Iglesias, el fundador del Partido Socialista Obrero Español, (PSOE) y de La Unión General de Trabajadores, de España (UGT), se dio a la tarea de educar a trabajadores y campesinos para más tarde crear el "Frente de Trabajadores Manuales e Intelectuales", célula germinal de lo que sería su tesis de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) movimiento que se extendió por toda América Latina.

Haya de la Torre predicó con el ejemplo su demande de que todo militante del partido tuviera una acertada conciencia moral, un comportamiento ético en la vida pública, como en la intimidad de su existencia. Demandaba honestidad a toda prueba, sin claudicaciones, ni desviaciones; pues aspiraba a que su partido fuese escuela del saber y del comportamiento de hombres y mujeres nuevos, para una nueva concepción de la sociedad.

Hoy en el Perú, como en cualquier parte del mundo "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra". ¿A qué echarle la culpa? Se me ocurre que habrá que volver a incorporar las materias de ética y moral desde los primeros años de la educación, en las escuelas, en los colegios y en las universidades, para que los hombres y mujeres normen su propia existencia y sus relaciones sociales con base en valores y principios conscientemente adoptados, cultivados y probados.

En estos tiempos de crisis económica y de valores morales es menester entrar a fondo al tema de la crisis para entenderla mejor y definir estrategias para enfrentarla y resolverla. Hoy mucho más que antes, las normas, patrones y valores se ven algo fuera de época, porque precisamente la crisis, además de ser económica, también lo es social y política. Pero aclaremos no todo es corrupción en el Perú. Se trata de un país con tremenda vitalidad y es potencialmente rico como para alcanzar grandes metas de desarrollo, que no hay que soslayar en un proceso de integración regional latinoamericana.

Nos hierve la sangre cuando nos enteramos que un ladrón de cuello blanco es dispensado de ir a la cárcel, mientras que un padre desempleado, que para dar de comer a su familia roba algo de poco valor, es golpeado y refundido en prisión.

Pareciera que la alegoría de la Justicia ya no blandiera su espada y que su balanza estuviera cargada a favor de los ricos e influyentes. No se trata únicamente de los países en desarrollo, sino también de las naciones ricas, donde las crónicas denuncian en sus primeras planas la quiebra de valores y normas éticas y morales. Que no muera el afán renovador de quienes luchan por un cambio profundo del comportamiento humano, porque como pensaban Pablo Iglesias y Haya de la Torre, entre otros, la gran transformación empezará en la conciencia de las personas, para ascender a los pueblos y naciones y construir un nuevo modelo de sociedad.

Así, algún día, estaremos todos de acuerdo para llamar a los hechos por su nombre y que los juzgadores no caigan en la tentación de decir que "un niño bien, de veinte o cincuenta o más años" sea un poquito delincuente, al mismo tiempo que calificar de ratero irredimible a quien por necesidad roba para comer.

Así el que roba poco o mucho, no puede ser calificado como un poco ratero, frente a otra persona que roba millones. Ambos son culpables del acto de robar, pero deben ser juzgados de acuerdo a las causas y cuantías de sus ilícitos.

¿Acaso los grandes líderes, Haya de la Torre y Pablo Iglesias no padecieron hambre y miseria? ¿Acaso no fueron tentados por la fortuna material, para que dejaran de lado sus compromisos de conciencia? .

Así como Arturo Sabroso Montoya, José Sandoval, Ramiro Prialé y otros seguidores de Haya de la Torre se resistieron a las tentaciones del oro de la oligarquía, para seguir siendo hombres cabales y morir en la humildad de sus hogares y dejar a las generaciones futuras vitales lecciones de moral y de ética, así también Pablo Iglesias predicó con el ejemplo y tuvo sus seguidores, hombres y mujeres, que resistieron con tenacidad a las tentaciones del poder y más tarde, cuando la dictadura franquista aplastaba toda inquietud popular, esos discípulos de Iglesias, de Besteiro y de tantos otros forjadores de la conciencia de clase del pueblo español, tuvieron la fuerza de espíritu para traspasar las limitaciones de tiempo y espacio y mantenerse vigentes en la lucha por la democracia, la justicia social, la igualdad y la equidad ante el Estado de Derecho. Ellos, los discípulos de Iglesias como los seguidores de Haya de la Torre, tienen toda la autoridad para darnos lecciones de ética y moral.

Julián Besteiro, en el acto de despedida de los restos mortales del "abuelo" Pablo Iglesias, ante el panteón de Madrid, el 10 de diciembre de 1925, expresó, en uno de los pasajes de su discurso, lo siguiente: "Compañeros: Iglesias fue un sembrador. La semilla que él sembró ha producido ya tallos sanos y troncos robustos. Ha producido también flores y frutos. Sembrad vosotros esa semilla también, hasta que en toda la extensión de nuestro país nazca un bosque robusto y espeso, en cuyas enramadas palpite la vida y cante himnos halados a la memoria de este gran hombre y a la eternidad de sus grandes ideales".

Conductas semejantes, distantes en el tiempo y espacio, Iglesias a quien sus seguidores llamaban "el abuelo" y Víctor Raúl Haya de la Torre, el respetado "Viejo", en el trato cariñoso de su pueblo, dejaron sendas cátedras de ética y moral vivas. Vivieron perseguidos por la intolerancia de sus detractores, fueron encarcelados en prisiones infamantes y de todas esas ofensas y atentados salieron invictos; incluso más allá de sus muertes corporales. A estos sembradores de ideas sus respectivos pueblos les creyeron y siguieron con lealtad consciente. Ambos dejaron testamentos de cómo vivir y morir con dignidad. Algún día nuevos discípulos rescatarán sus prédicas, en estas horas de crisis de conciencia.

Hoy, cuando las grandes luchas se dan en el campo económico y los heraldos de la globalización divulgan las maravillas de las maniobras crematísticas, de cómo jugar a la bolsa, de traer y llevar los capitales donde las condiciones les sean favorables, sin importar la bestialidad de sus efectos económicos, sociales y políticos en las naciones pobres, Haya de la Torre e Iglesias están denunciando tales atrocidades y llamando a los pueblos a unirse en un solo frente para domar a la bestia del capitalismo y notificarla de que su proyecto histórico también ha llegado a su fin y que es urgente diseñar una nueva plataforma, la de los pueblos estructurados por sus apremios y posibilidades de desarrollo, de manera autónoma y consensuada.

Los grandes maestros no son temporales. De allí que Sócrates, Platón y Aristóteles, entre otros, sigan vigentes en la frescura de su pensamiento. Así, el enunciado de Bolívar por la unidad de los pueblos latinoamericanos, del siglo XIX, cobró actualidad en las tesis libertarias de Haya de la Torre, en sus obras de divulgación del Aprismo, de sus luchas antiimperialistas y de la necesaria integración de las naciones ubicadas al sur del Río Bravo y hasta la Patagonia. Por estas prédicas fue atacado, desterrado, negado de sus derechos ciudadanos hasta que en su lecho de muerte las banderas de sus adversarios se rindieron, para reconocerlo como el gran indoamericano que se adelantó a su tiempo.

Europa empezó en la segunda posguerra a forjar su unidad económica y política, décadas después que Víctor Raúl lo planteara como condición ineludible para lograr la emancipación definitiva de América Latina. Hoy es el propio capitalismo el que aboga por la integración de mercados comunes regionales, pero no para darles a las mayorías mejores condiciones de vida, sino para acorralarlas en áreas de su dominio, para explotarlas en una nueva y trágica división internacional del trabajo.
Hoy, cuando los proyectos históricos del Socialismo, por un lado y el del Capitalismo han llegado a su fin, son los pueblos de América Latina los que tienen que tomar su propio camino; su propia tercera vía, sin abandonar valores culturales propios; sus principios éticos y sus normas morales también propios y enseñar a las nuevas generaciones que nadie hará nada por nuestro bienestar, que no seamos nosotros y nuestros pueblos en conjunción de capacidades y posibilidades de acción. Que el fraude y la corrupción, que la mentira y el engaño no sean prácticas de poder; que nos empeñemos en alcanzar formas de vida dentro de la democracia participativa, plural e incluyente, sustentadora del estado de derecho y posibilitadora del desarrollo de personas y naciones. Que estemos convencidos de que la democracia integral es un proceso de mejora continua y no un producto terminado.

En la medida en que se incorporen la moral y la ética en la vida de los individuos y de sus pueblos, en todos los grados de la educación y de las relaciones interpersonales, entre la autoridad y los ciudadanos en esa misma dimensión será imposible el retorno de las dictaduras y de los encantadores de serpientes que tanto daño han causado a nuestra naciones.

Hay que reconstruir el Perú, pero al mismo tiempo hay que convocar a los demás pueblos latinoamericanos a militar en el frente de la gran transformación de nuestro pueblo- continente, a fin de gravitar con voz y presencia propias en los debates de los acontecimientos mundiales, porque somos habitantes del mismo planeta y navegantes de la misma nave.

Ricardo f. Ñique Cornelio.




CÉLULA APRISTA VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE MADRID
EL SÓLIDO NORTE ASOCIACIÓN CULTURAL, NO EXCLUYENTE.

ALAN GARCÍA: LA GRAN ESTAFA

Realmente Alan García Pérez tiene la habilidad de un "encantador de serpientes"; no es nada nuevo. Así lo hizo en 1985 y lo vuelve a repetir en esta tercera ocasión que con promesas y halagos tiene en su lista parlamentaria a jovencitas y jovencitos de la clase media devaluada, como heraldos de su arrepentimiento y promesas de buen gobierno. ¿Se le cree? Yo no.
Con un partido, el APRA a cuyas bases no ha consultado se presenta ante el electorado como un arrepentido de sus errores del pasado, que lo marcaron como un pésimo gobernante deshonesto y cargado de actos delictivos que no ha podido desmentir.

En su afán de que la candidata presidencial de Unión por el Perú, Lourdes Flores Nano le deja el campo libre para ganar el poder en la segunda vuelta, su ayudante Jorge del Castillo insiste en pedirle a la derechista que reconozca su derrota.

Los peruanos despertaron este fin de semana con un cruce de palabras ofensivas, que se llevaron de encuentro al presidente Toledo.

El mandatario venezolano Hugo Chávez protestó contra el presidente peruano por haber manifestado su decisión de firmar aún a costo de la oposición mayoritaria de campesinos y trabajadores de su país un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y como Alan García juega a dar su mejor cara ante Washington, también recibió lo suyo pues lo llamó
"ladrón de cuatro esquinas", "corrupto de siete suelas" y otros calificativos.

Al mencionar al ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, con quien García Pérez tiene muy cercanas y secretas relaciones financieras y de compadrazgo, Hugo Chávez se guardó para mejor oportunidad los informes secretos de los negociados del ex presidente peruano como el de la venta de los aviones Mirage a Gadafi a más del doble de su valor final, dinero que no entró en las arcas del fisco peruano, ¿donde quedó el producto del primer negociado del doctor García Pérez?

Los resultados de la primera vuelta nos han dejado pasmados al comprobar lo dicho por César Hildebrandt de que volvemos a suicidarnos ante el encanto de unas promesas lanzadas por quien no cumplió parte ninguna. "Sí elegimos a García: nos estaremos pronunciando ante el mundo como un país no sólo indescifrable, sino enfermo, socialmente viciado".

Recuerda que una de las primeras medidas de Alan García en junio de 1985 fue congelar los ahorros menores de cinco mil dólares y cambiarlos por soles a un precio menor de su valor real.
"Fue un movimiento de altas finanzas" al decir de Enrique Cornejo eminencia gris del equipo económico de entonces y que vuelve a aparecer en la reedición de los sabios del Opus Dei, como garantes de que si Alan García llegare al poder no volverá a sacar su locura ni perjuro.

Es cierto que nos faltó tiempo para alertar a los jóvenes de los sufrimientos de sus padres y madres que tuvieron que hacer largas colas para comprar pan, leche y demás artículos de primera necesidad, para tener acceso a servicios de agua limpia, de luz y teléfonos eficientes cuyas tarifas no justificaban el deterioro de su calidad.

Otro juego financiero, del mismo tipo de economistas de Alan García fue el de cambiar el nombre del Sol, y su paridad, por el del Inti, con la equivalencia de mil soles.

Como el virus de la inflación ya se había extendido a todo el aparato productivo el Inti tuvo que devaluarse para dar paso al nuevo sol, con una equivalencia de un millón de antiguos soles. Todo esto en menos de tres años de gobierno de Alan García y sus amigos que ni por curiosidad habían leído las obras del fundador del APRA. Ellos se mezclaron con algunos dignos compañeros y compañeras para dar la apariencia de un gobierno aprista. De allí que tengamos que repetir: Alan García Pérez es un usurpador de la trayectoria de lucha antiimperialista de Haya de la Torre por cuya causa fue combatido por todas las dictaduras de América Latina. Las banderas de lucha del aprismo datan de los días de la guerra por la emancipación de esta parte del mundo del poder colonial de España.

Nadie puede restarle originalidad al reclamo de poner en la mente de las generaciones estudiantiles de gran parte del siglo XX el mensaje integrador que fue prédica palpitante del ilustre pensador e ideólogo Víctor Raúl Haya de la Torre adoptada por hombres y mujeres con responsabilidad de gobernantes de hacer viable el racional destino de América Latina, como una comunidad de naciones orientada por derroteros claros de afirmación de la democracia, como sistema de vida: con objetivos claros de lograr la justicia social e incorporar a los marginados al quehacer cotidiano de la producción de bienes y servicios y su culta legislativa de interdicción entre la población, como derecho al bienestar y al desarrollo.

Alan García Pérez no tiene razón de tomar el nombre de Víctor Raúl Haya de la Torre y del APRA como instrumento de divulgación ideológica y de compromiso con la historia.

Alan García y su gavilla no llegaran al poder. Que tu voto, en la segunda vuelta sea un acto de conciencia y no la reedición del fracaso que hizo tanto daño al Perú en el período de 1985- 1990.
Que pienses en la lucha por el rescate del aprismo, por el bienestar y el desarrollo de las nuevas generaciones del Perú y del resto de América Latina, así lo demandan nuestros mártires y nuestro compromiso por quienes forjaron nuestros ideales por la Unidad Latinoamericana.

martes, 9 de mayo de 2006

HAYISTAS CONMEMORAN FUNDACIÓN DEL APRA

En el ateneo de Madrid se conmemoró el histórico acontecimiento con un acto organizado por la Célula Aprista "Víctor Raúl Haya de la Torre" y "El Sólido Norte", asociación cultural, no excluyente.

En su intervención Ricardo Ñique Cornelio, secretario general de la Célula Aprista "Víctor Raúl Haya de la Torre" recordó que el joven Haya de la Torre había llegado a México en 1923, deportado por la dictadura de Augusto B. Leguía, contra cuyos actos represivos encabezó huelgas y protestas obrero- estudiantiles, que pusieron a temblar a la oligarquía peruana, sustentadora del régimen de los once años.

Haya de la Torre durante su exilio visitó los países de centro y sur América y traía experiencias debidamente sustentadas en la realidad latinoamericana y había asumido el compromiso de luchar por la implantación de la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y la extensión de la educación a los sectores pobres y marginados, que fueron conclusiones del histórico GRITO DE CÓRDOBA, Argentina, de 1919.

En consonancia con este hecho, fundó en el Perú las Universidades Populares Manuel González Prada, a las que concurrían los trabajadores después de sus jornadas laborales, para acceder al estudio que las instituciones oficiales les negaban.

El 7 de mayo de 1924 funda en la Ciudad de México el movimiento integrador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, APRA, cuya bandera fue diseñada por Diego Rivera y entregada en ceremonia especial al entonces Presidente de la Federación de Estudiantes de México Adolfo López Mateos, quien sería más tarde Primer Mandatario de este país.
Activo divulgador de sus ideas, mantuvo frecuente correspondencia con jóvenes estudiantes y trabajadores de lo que él solía llamar Indoamérica, para establecer células del APRA integrada por obreros del músculo y del intelecto. Con el correr de los años esas células se convertirían en partidos políticos que tuvieron destacada actividad en la transformación democrática de sus respectivos países.

Aquella alianza obrero- estudiantil, que dobló un brazo de la dictadura peruana de 1923, en las huelgas por el establecimiento de la jornada laboral de las ocho horas, se hizo realidad en la estructuración de los partidos apristas de Costa Rica, Venezuela, Perú, Bolivia, Paraguay y otros, que aunque no adoptaron esa denominación, sí orientaron sus programas de acción hacia los mismos objetivos de integración regional.

Víctor Raúl Haya de la Torre decía que los países indoamericanos no podían alcanzar el pleno desarrollo económico, social y político en tanto subsistieran los tremendos desequilibrios estructurales, de minorías plutocráticas y de grandes masas depauperadas. De allí la importancia que él asignaba a la educación, tanto para abrir las entendederas de los privilegiados, como para elevar el estado de conciencia de los pobres y marginados, en el afán común de adoptar la democracia como forma de vida, basada en el cotidiano ejercicio de facultades y obligaciones inherentes al Estado de Derecho.

El partido de Haya de la Torre, movimiento integracionista destinado a ser en cada país indoamericano, un frente de obreros manuales e intelectuales, debía trabajar políticamente para establecer programas nacionales, con base en cinco puntos de acción internacional.

1.-Acción contra el imperialismo yanqui
2.-Por la Unidad Política de América Latina
3.-Por la nacionalización de tierras e industrias
4.-Por la internacionalización del Canal de Panamá
5.-Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.

Eran los tiempos en que gobierno estadounidense acuñó la consigna de "América para los americanos", no precisamente para todos los habitantes del continente, del norte y del sur, sino para defender los intereses de grandes empresas de ellos, los americanos del norte.
Sí la integración es buena, entonces ¿Porqué la combatieron cuando Haya de la Torre hizo de ella bandera del Aprismo?, es que si los tiempos han cambiado los objetivos del imperialismo, convertido hoy en capitalismo transnacional, de las Siete Grandes potencias impulsan la Globalización económica, como estrategia de neocolonización.

A 82 años de la fundación del APRA podemos decir que han cambiado las formas de hacer política, quizás más sutiles ante la actitud vigilante de la Comunidad Internacional, pero mucho más agresivas en cuanto a resultados. El imperialismo se ha vuelto una fuerza transnacional que maneja todos o casi los mecanismos de dominación global. La pobreza y la indigencia aprisionan a más de las tres quintas partes de la población mundial y en esta realidad América Latina se hunde cada vez más. Hoy las tierras se han vuelto improductivas, para dar paso a la dependencia alimentaria. Las industrias se han privatizado y están asociadas al Capitalismo Globalizador.

Ricardo Ñique concluyó su discurso con un llamamiento:
"A 82 años del nacimiento del Aprismo toquemos el corazón, la mente y todas las fuerzas espirituales de que están dotadas las jóvenes generaciones de Indoamérica, para que asuman el compromiso de hacer realidad el sueño de Haya de la Torre, de Antenor Orrego, de Mariátegui, de José Figueres, de Muñoz Marín, de Sarimiento, de Martí, de Betancourt, Arciniegas y otros que en sus patrias quisieron hacer bastiones contra la dominación extranjera, contra el abuso de los potentados, contra el entreguismo de los miserables, contra la ignorancia, contra el odio cainita que enfrentó a pueblos hermanos, contra las deslealtades, el fraude, el robo, la corrupción, todos esos males que nos tienen en la situación de mendigos sentados en bancos de madera apolillada, porque los bancos de oro, que vio Antonio Raimondi, nos los robaron, los vendimos o eran apenas un elogio, que en nada nos animó a emprender la lucha por la real emancipación.

Toquemos el corazón y la mente de que están dotadas las jóvenes generaciones de Indoamérica para que asuman el compromiso de hacer realidad el sueño de Haya de la Torre y de los revolucionarios de su tiempo, la unidad de nuestros pueblos en una gran nación continental como es el soñado Pueblo Continente del filósofo peruano Antenor Orrego".

Ricardo F. Ñique Cornelio