domingo, 17 de marzo de 2013

EL APRISMO NUNCA MUERE

Habrá Aprismo mientras los grandes problemas del país no se resuelvan de acuerdo con los intereses de los trabajadores. Este pueblo sabe de lo eterno, de lo cósmico, de lo alto y puro.
Se lo debe a los muertos, a los mártires, a quienes sacrificaron su vida para entregarnos mensajes de perennidad.

Pueden acabar conmigo, y tarde o temprano lo conseguirán, pero el Aprismo sobrevivirá hasta cumplir su destino.

Luego el Maestro recitó estos versos de César Vallejo, su amigo dilecto y paisano ilustre:

“Al fin de la batalla, y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: ¡No mueras, te amo tanto”!
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
¡”No nos dejes!  ¡Valor! ¡Vuelve a la vida”!
Pero el cadáver ¡hay! Siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra le
rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar”

El Maestro nos dijo que mientras los oligarcas peruanos siguen
acariciando el sueño de que la muerte de Haya de la Torre será
la muerte del Aprismo, confundiendo  hayismo con aprismo,
nuestros trabajadores van pediendo la paciencia.
Han soportado muchas dictaduras antiapristas, muchos gobiernos  incapaces. ¡No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista!
Estamos llegando a un callejón que tiene sólo una salida: el Aprismo como gobierno, el Aprismo como Estado. Se acerca la hora de la gran transformación, y el Aprismo sigue andando, ahora con Haya de la Torre, y mañana sin Haya de la Torre.

                                                 

Víctor Raúl Haya de la Torre, tan combatido injustamente

   La vida de Víctor Raúl Haya de la Torre estuvo signada por frenéticas adhesiones de sus seguidores y admiradores, al mismo tiempo que por brutales y sangrientos ataques de sus detractores. De allí que sus biógrafos más connotados, como el historiador colombiano Germán Arcinegas, hermano de lucha e ideales, y su compañero de partido Felipe Cossío del Pomar, hablaran de su existencia, de sus sueños y esperanzas; como “Una vida sin tregua”, por cuyos ideales millares de compañeros murieron con el brazo izquierdo en alto, en reafirmación de su fe aprista. Era como dijo su gran amigo y compañero de luchas juveniles; el ex Presidente de Costa Rica José Figueres Ferrer, “Haya de la Torre fue el hombre que nos enseñó a pensar en dimensión continental”.

   Calumniado, insultado, aborrecido y vilipendiado por las fuerzas represivas de su país, siempre estuvo dispuesto a perdonar y a la reconciliación, en aras de hacer un frente común para conquistar y afirmar la democracia, por el ejercicio irrestricto de la soberanía popular y la vigencia de garantías constitucionales que regularan y estimularan el desarrollo económico, social y político. De allí el lema de su partido: “Pan, Paz y Libertad” y su exigencia de “Ni pan sin Libertad, ni Libertad sin Pan”.
Injustamente fue combatido por la derecha más recalcitrante, la oligarquía, los agentes del imperialismo, del capitalismo transnacional neocolonialista, del FMI y del Banco Mundial. Ese odio antiaprista se manifestó siempre, y durante los regímenes de turno

   Esto ocurrió en 1969 cuando Haya de la Torre se encontraba en París:
   Eran pasadas las dos de la madrugada en Roma cuando sonó mi teléfono, por un instante pensé que me llamaban de México, de Estados Unidos o de Latinoamérica. Casi siempre a esa hora recibía llamadas  relacionadas con mis corresponsalías periodísticas
-Buenos días, soy Mr. Hackett de la Agencia Reuters, por favor deseo hablar con el señor Ricardo Ñique.
-Ricardo: Sí, a sus órdenes, dígame, ¿qué desea señor?
- Hackett: Sabemos que usted es el secretario personal del Dr. Haya de la Torre, pues hace unas horas nos informaron que don Víctor Raúl, ha sido internado de urgencia en una clínica a consecuencia de un derrame cerebral, ¿podría confirmarlo o darnos mayores informaciones?
-Ricardo: Mire, señor Hakett, hace unos minutos hablé por teléfono con él, y está muy bien de salud, por lo tanto esa noticia es falsa. Le diré algo más, Don Víctor Raúl Haya de la Torre vendrá a Italia la próxima semana, y estamos deseando reunirnos con él.
-Hackett: Le agradezco su información, pero nos gustaría hablar con el dr. Haya de la Torre ¿es posible?, ¿podría precisarnos donde se encuentra?
-Ricardo: Claro, el dr. Haya de la Torre se aloja en el Hotel Carlton´s. Boulevard de  Rochechpuart 55- Paris Ixe, puede decirle que habló conmigo, que va de mi parte.
-Hackett: Gracias, muchas gracias señor Nique.
- A eso de las cuatro de la mañana volvió a llamar Mr. Hackkett, y me pidió disculpas por la hora avanzada. Yo, intuí que algo bueno quería  comunicarme
-Hackett: Le felicito sr. Nique, nuestro corresponsal en Paris acaba de entrevistar al dr. Haya de la Torre y nos confirma su buen estado de salud y lucidez extraordinaria. Ha sido un encuentro muy provechoso, ambos hablaron de la situación política, del Perú y de América Latina. Gracias, una vez más señor Nique, por su colaboración y no dude visitarnos, estoy a sus órdenes. Soy redactor jefe de la Agencia Reuters, aquí en Roma.
-Ricardo: Menos mal, dije y respiré tranquilo, por fin todo se había revelado tal como imaginaba. En verdad, tenía su última carta recibida dos días antes. En su misiva Víctor Raúl me comunicaba su deseo de viajar a Roma. Escríbeme, si tienes noticias recientes del Perú, es muy importante reunirse con los compatriotas de Italia para pedir que se celebren elecciones ya, esas eran sus recomendaciones.
-Pero a las seis de la mañana me llamó Joaquín Roca Rey, escultor y cónsul del Perú, cargo de favor que desempeñó durante muchos años.
Soy Joaquín Roca Rey, discúlpame Ricardo que te llame tan temprano, pues siento mucho lo que le ha pasado a Víctor Raúl, seguramente ya estás enterado.
-Ricardo: No se de que me hablas, le contesté, Haya de la Torre está bien y hace poco he conversado con él por teléfono También la agencia Reuters lo ha entrevistado, y ha confirmado que está preparando su viaje a Roma.
Roca Rey se quedó de una pieza, sin saber que decir, se despidió, y me manifestó que se alegraba mucho que nada grave le haya pasado. Claro, la embajada estaba al tanto de esa patraña, procedente de Lima, y no tuvo repercusión porque fue bloqueada a tiempo.

Cuando Víctor Raúl llegó a Roma le conté detalladamente todo, le pedí  disculpas por precipitarme a desmentir la noticia, y sonriendo me dijo: podía haber pasado, ¿no? Las cosas pueden ocurrir cuando uno menos se lo espera, nadie tiene la vida asegurada.
Pero, como reza el dicho popular: “Sí tus enemigos desean tu muerte, te alargan la vida”

HAYA DE LA TORRE Y SU PENSAMIENTO MAGISTRAL

          “Por el Rescate y la Democratización de nuestro Partido Aprista Peruano”
  
   No podemos entender democracia sin la participación de las bases del APRA, de abajo hacia arriba y no desde arriba desde las “cúpulas”.
Queremos contar con compañeros apristas leales de verdad, que no se quiebran, que los hay, pese a la gran traición del alanismo y la “cúpula”
Nuestro Maestro Víctor Raúl Haya de la Torre nos reveló que nunca se sintió dueño de toda la verdad del Partido; por eso se convocan asambleas de toda escala, provinciales, departamentales o nacionales; por eso hay plenarios, ampliados del Comité Ejecutivo, Convenciones y Congresos.

   ¿Qué objetivo persiguen estas consultas y estas deliberaciones?
Nuestro secreto es consultarnos- destacó con firmeza. Las grandes cuestiones del Partido se debaten de puertas para adentro. Esa es nuestra tradición magnífica y señera. Adentro se lavan los trapos sucios, si los hay y cuando los hay. Pero lo que se acuerda adentro se cumple y se acata afuera. ¡Nadie está por encima del Partido! Quien se rebela contra el Partido, ya no es aprista. Quien tenga que quedarse, se queda, quien tenga que irse, se va
 
   Compañeros y compañeras; estamos ante una generación de traidores y vividores, de advenedizos, impostores y oportunistas que nunca fueron apristas, llegaron de otras vertientes y aspiran a ser congresistas. Esos mediocres se han beneficiado con cargos  de favor, en embajadas, en los consulados, otros hasta reclaman que el partido no se acordó de ellos, como si se tratara de un reparto de beneficios.

   Esa gente obtuvo la confianza de muchos militantes honestos que confiaron y creyeron en la segunda oportunidad, y se equivocaron. Los advenedizos nunca cumplen con lo que prometen al pueblo, porque son malabaristas del quehacer político, es gente sin escrúpulos, sin moral y sin patriotismo, que no le importa ni el prestigio ni la dignidad de nuestro partido democrático de izquierda antiimperialista, de lucha sin tregua.

   Rescatar a nuestra institución política, es tarea ardua, pero no imposible, requiere de una fuerza ciclópea con espíritu de lucha, de entrega, de lealtad y firmeza para que el aprismo vuelva a ser lo que fue, primigenio y auroral, como los tiempos gloriosos con nuestro Maestro Líder y Fundador Víctor Raúl Haya de la Torre, con Ramiro Prialé, Antenor Orrego, Carlos Manuel Cox, Andrés Townsend, Luís Alberto Sánchez, Alcides Spelucín, Manuel Arévalo, Manuel Seoane, Bufalo Barreto, Alfredo Tello, Alberto Valencia, Luís Heysen, Ricardo Temoche, Nicanor Mujica y otros

   Haya de la Torre se preocupó y trabajó por la educación de su pueblo, fue un maestro en toda la extensión de la palabra, “Educar para la libertad y para la Democracia”, insistía. Sus afanes integradores y postulados de hace más de 90 años, tienen hoy vigencia, porque la tarea es ardua y las transformaciones tienen que hacerse en la conciencia como él lo propugnó, esto es, mediante la educación de las masas

   Eduquémonos para amar y conocer mejor el Perú, nos recomendó. Yo fundé el Partido como un acto de amor. En el fondo, dijo, soy reformador social más que político. Víctor Raúl Haya de la Torre entendió, en la realidad dolorosa de su pueblo, que se necesita poder para cambiar la injusticia, para erradicarla, para construir un mundo de hombres libres y felices utilizando métodos que no suprimen “los derechos humanos”, ni que condenan a nadie a servidumbres de clase o de grupo. Tuvo que ser político y yo diría más que eso, un estadista, y en este rol quemó todo lo que a los varones comunes y corrientes ata a la mundanidad; dinero, hogar, familia, propiedades, bienes, concupiscencias, en fin.

   Pero, quiero recordar, al respecto, las declaraciones del compañero Manuel Vásquez Díaz, que desde México me agradeció las fotos que le hice llegar, de la última visita a Roma de Haya de la Torre, en diciembre de 1977. Esto escribió el c. Manuel Vázquez Díaz:

“Gracias mil por sus líneas y por su magnífico envío de tres  premonitorias fotos. Sí. Premonitorias fotos de usted, sus familiares y nuestro gran Jefe.
Me impresionó, especialmente, aquella en que Víctor Raúl, entre sus dos hijos, mantiene al menor entre sus brazos, mientras en su rostro refleja una cierta evidente ternura triste, aunque esperanzada en la generación que nos sigue, ya que la de él no supimos utilizar el grandioso camino que él construyó. Guardaré en mi relicario esas fotos y las mostraré a mis visitantes, pese a la participación culposa que me corresponde en la tristeza de Pachacutec”

   El c. Vásquez Díaz,  como tantos  compañeros, que estuvieron con él, en el exilio y durante la gran persecución, supieron valorar y comprender la entrega total de su vida, su compromiso con su pueblo y con su Partido. Y, junto a su verbo señalando rumbos y exaltando responsabilidades, estuvo su conducta, expresión ética y moral de toda su vida ejemplarizante. Esos hombres son escasos, porque nadie como Haya de la Torre se dio íntegro con el ejemplo y la decencia, e hizo escuela en la lucha y defensa de los Derechos Humanos, la Justicia Social y por el Pan con Libertad.
   Compañeros y compañeras: La Democratización y el Rescate de nuestro Partido Aprista peruano es urgente e indispensable, no sólo para reencausar nuestro trabajo a favor de la construcción de algo que ha sido reducido, sino para restablecer la confianza y esas ansias de superación de nuestro pueblo que se halla sumido en la desesperación

Debemos honrar la memoria de este gran Indoamericano y la de nuestros Mártires. No podemos entender democracia sin la participación de las bases del APRA, y con veedores. Nuestro Maestro Víctor Raúl, desde su gloriosa tumba, con su brazo izquierdo en alto, nos dice enérgico como solía hacerlo
                 ¡Compañeros y Compañeras, adelante a la acción!