HOMENAJE AL DOCTOR JUVENAL ÑIQUE RÍOS
Mi querido
primo Juvenal, tus páginas figuran en los anales de la historia, pero esa luminaria
seguirá despertando nuestros corazones, hoy más que nunca. Hoy quiero
felicitarte cantando Las Mañanitas por tus dichosos ciento tres años, que
sigamos emulando tu grandeza moral, tu talento de gran luchador por la Justicia
Social, por el Pan con libertad y Defensa de los Derechos Humanos, te recuerdo
siempre enérgico “luchador sin tregua”, porque el Apra se forjó luchando, y así
seguiremos hasta que los problemas sociales no se resuelvan en nuestro Perú.
Todavía recuerdo un cartel que decía: MOCHE EN
MARCHA COMPAÑEROS, y es que con
tu llamamiento querías llegar a la conciencia del pueblo mediante la educación
sobre todo para una juventud mochera, que despertaba de la adolescencia. Hoy me
tienes compañero Maestro Juvenal recordándote y poniendo en práctica tus
enseñanzas. Los Coloquios Culturales de Haya de la Torre siguen adelante. Hemos
cumplido 18 años dictando conferencias y coloquios en el Ateneo de Madrid, La Docta Casa, recinto glorioso de la
historia republicana de España, que dentro de poco celebrará doscientos años.
Pues para nosotros es nuestra Ágora del saber, como lo es en el Perú La Casa
del Pueblo. Mi querido primo Juvenal un fuerte abrazo, para Blanquita, Oscar,
la familia, para todos ¡Muchas felicidades!
Víctor Raúl
quería mucho al pueblo de Moche, la cuna de la civilización Muchik, aquí pasaba
sus vacaciones con su familia, desde muy niño. Sabemos que Trujillo es la cuna del
Aprismo pero en Moche surgieron los grandes proyectos del APRA, nos dijo Víctor
Raúl, conversando junto con mi hermano Manuel, en Lima (octubre de 1967).
Nuestro querido Moche y su campiña tienen una historia milenaria, fue uno de
los primeros en dar un paso al frente en la Revolución de Trujillo de 1932.
Familias enteras se movilizaron demostrando con hechos concretos la solidaridad
y el compañerismo, y más tarde durante años terribles de la Gran Persecución.
Éramos toda una gran familia y lo demostraron sus líderes Juvenal Ñique,
Teófilo Román Cornelio Rosales, Antero Fernández, Nilo Gutiérrez, Vicente
Fernández, Víctor Nureña, Ramón Fernández Azabache, Celestino Fernández, José
Asmat, Alfredo Tello Salavarría, el gran conductor, en fin… Muchos compañeros
pagaron su militancia aprista, con la cárcel, la ejecución, durante los
fusilamientos de Chan chan, y otros con el exilio. Algunos pudieron contarlo,
los que sufrieron prisión en el Panóptico, el Frontón, como mi primo Juvenal
Ñique Ríos, sus poesías lo dicen todo, cuidadosamente condensadas en su libro
“Desde mi cautiverio” a mi tío Teófilo Cornelio Rosales, y los del exilio en
México como el compañero Manuel Vásquez Díaz. En los años de la barbarie
recordemos al peluquero Juan Ñique, nuestro tío, que se encontraba preso y
todas las noches lo llevaban a presenciar las ejecuciones, para que revelara
donde estaba Cesáreo Sebastián Ñique, nuestro padre. Pero, también a Julio
Sánchez Cornelio “patadón”, marinero que estuvieron a punto de fusilar y se
salvó por alcachuete de un alférez, pues el día de la sublevación él había
bajado a tierra para entregar unas cartas a su novia, y así se salvó.
Es oportuno
hacer este recordatorio a manera de rescatar lo rescatable de la trayectoria
del Aprismo, de su militancia, de sus simpatizantes para ofrecerlo como lección
trascendente y estremecer la conciencia de quienes medran al amparo de
situaciones mal habidas. Tenemos que rescatar la vertical conducta de los
tiempos heroicos y combatir a los logreros y arribistas que mucho daño hacen a
la memoria de nuestro querido Maestro VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE y a sus
MÁRTIRES.
Por Ricardo F. Ñique Cornelio