martes, 30 de enero de 2007

HAYA DE LA TORRE “EL HUMANISTA”

EN EL DÍA DE LA FRATERNIDAD 22 de febrero de 2007


Sabemos todo o casi todo de Víctor Raúl Haya de la Torre, como político y paladín de la democracia, pero al Maestro se le reconoce sobre todo su calidad de humanista, pues él consagró toda su vida a la lucha para ayudar y redimir a su pueblo, a diferencia de lo que es la política y los políticos. Con él inicia una etapa que tiene tanta importancia en las luchas populares del Perú.

Lo sostiene el intelectual chileno Felipe Herrera, economista, y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, BID e íntimo amigo del fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, APRA.
Víctor Raúl era un hombre generoso, siempre estuvo dispuesto a tender la mano a sus adversarios en bien del Perú.

Por allí quedan muestras de su generosidad. Humilde compartió su pan con quienes se le acercaron, por encima de cualquier diferencia.

En Roma, los niños y familias pobres le conocían como el hombre bueno que aparecía de tiempo en tiempo para obsequiarles golosinas y alimentos.
Hasta recordaba el nombre de los menores, sus vecinos de casa, a ellos les colmaba de juguetes, pelotas o aguinaldos, acordándose también de sus niños del Perú.

Haya siempre estuvo dispuesto a perdonar y a la reconciliación en aras de hacer un frente común para conquistar y afirmar la democracia, por el ejercicio irrestricto de la soberanía popular y la vigencia de garantías constitucionales que regularan y estimularan el desarrollo económico, social y político. De allí el lema de su partido: PAN, PAZ Y LIBERTAD y su exigencia de “NI LIBERTAD SIN PAN, NI PAN SIN LIBERTAD”.

Víctor Raúl Haya de la Torre, por su propio origen pudo haber sido un gran maestro, que daría lustre a las más prestigiadas instituciones universitarias o quizás lograr la comodidad de un cargo gerencial de alguna empresa. Pero no se orientó por tales caminos. Entendió que su gran reto era sembrar ideas de cambios estructurales revolucionarios, que partieran de la toma de conciencia de la realidad a transformar. Repetía como los clásicos de la ilustre Grecia: “la realidad no se inventa, hay que estudiarla para transformarla”

Viajero incansable, Víctor Raúl Haya de la Torre conoció las realidades económicas, sociales y políticas de los países de la región. Las diferencias entre un país y otro eran apenas de extensión geográfica y de matices étnico- antropológicos, que no alcanzaban a ocultar las necesidades vitales de la población, urgida de alimentación, escuelas, trabajo, vivienda digna, salud e infraestructura para el desarrollo, etc.,pero sobre todo libertad y justicia social, participación ciudadana en la elección de autoridades, etc.

Era fácil entender que la gran transformación no vendría por generación espontánea, sino por la acción directa de los trabajadores manuales e intelectuales, unidos y organizados de manera consciente, en un frente de acción revolucionaria.

Decía Víctor Raúl Haya de la Torre que se debía forjar una conciencia de cambio trascendente, antes que ambicionar el poder; porque al poder se llega con dinero o por las armas.

Jamás ocultó lo duro y difícil de esta cruzada. Se dio a una campaña permanente de divulgación ideológica, hasta que el pueblo peruano, su pueblo, fuera capaz de transformarse en fuerza de cambio, por la vía electoral limpia y transparente, sin exclusivismos, ni marginaciones. “Sólo los grandes movimientos sociales triunfan, cuando son capaces de elevar a los pueblos al conocimiento y aceptación de su responsabilidad histórica” insistía.

Finalmente quiero declarar que nadie, en la competencia electoral del Perú, tiene el derecho de mancillar el ilustre nombre de Víctor Raúl Haya de la Torre, porque nadie ha asumido el compromiso de sus luchas, por la justicia social, por el pan con libertad, por la redención de los pobres y marginados, por el pleno empleo y el rechazo frontal contra el modelo neoliberal impuesto por intereses del gran capital.

Víctor Raúl por su sentido humanista fue una vida completa y de todo dar sin recibir. Una entrega sin recompensa que no fuera la satisfacción profunda de morir por sus grandes ideales y por servir a su pueblo a cabalidad.

Una vez más compañeras y compañeros de los cinco continentes nos disponemos a celebrar el Día de la Fraternidad en homenaje al peruano que nos enseñó a pensar en dimensión continental, como dijera ese otro compañero de lucha e ideales don José Figueres Ferrer, Presidente de Costa Rica, al recibir la noticia de su fallecimiento.
Haya de la Torre nos ha dejado su mensaje y su doctrina y por eso este llamado a las jóvenes generaciones, sus sabias palabras:
“Para salir del enanismo político que caracteriza a nuestros gobernantes, hay que insuflar un nuevo espíritu de superación en las nuevas generaciones, encargadas del relevo de aquellos liderazgos fracasados.

¡EL PUEBLO TIENE LA PALABRA!

¡Viva EL Día de la Fraternidad!, ¡Viva Víctor Raúl Haya de la Torre!

Por Ricardo F. Ñique Cornelio
Secretario General de la Célula Aprista de Madrid
“Víctor Raúl Haya de la Torre”






ESPECIAL PARA EL DÍA DE LA FRATERNIDAD 2007

*Don Víctor Raúl Haya de la Torre, nació en la ciudad de Trujillo en el norte del Perú el 22 de febrero de 1895. La fecha de su onomástica es cada año punto de reencuentro, en el Perú y en el extranjero, con el recuerdo cariñoso del fundador del APRISMO.
Esta fecha tiene tanta importancia en las luchas populares del Perú, porque el pueblo se dio maña para burlar a los regímenes de dictadura y evidenciar la vigencia de los ideales que el insigne trujillano sembró en las conciencias de las jóvenes generaciones en pro del establecimiento de un gobierno que acabara con la injusticia y la explotación de las mayorías empobrecidas del Perú.

La noche del 21 de febrero se encendían las luminarias en los cerros; cohetes y bombardas atronaban los suburbios de pueblos y ciudades de todo el país. Banderas apristas, con la estrella de cinco puntas, ondeaban en edificios y árboles de las calles y avenidas y no porque la autoridad lo permitiera sino porque la adhesión del pueblo al partido era incondicional y se tomaba el riesgo de enfrentarse a la irracionalidad de los esbirros de la dictadura.

Las paredes y calles lucían pintadas clandestinas alusivas al Día de la Fraternidad, en tanto que familias apristas se reunían para celebrar, con la clásica chocolatada, el natalicio de VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE.

Como es tradición, en el Perú se celebra el día de la Fraternidad pero también en Roma, Paris, Berlín, Bonn Atenas, Tel Aviv, Tokio, Patterson, Miami, Nueva York, Virginia, Québec y América Latina, etc. los amigos y compañeros rinden homenaje a la figura tan preclara de la historia del Perú.

Como en los tiempos de las grandes concentraciones públicas del aprismo, de los mares de agitados pañuelos blancos, en el Día de la Fraternidad, se me antoja abrazar a mis viejos y jóvenes compañeros, para invitarlos a rescatar el pensamiento y las propuestas del maestro indo americano Víctor Raúl Haya de la Torre, convencidos de su vigencia y de su indiscutible aplicabilidad, en esta hora de tragedia en que se debaten cientos de millones de nuestros hermanos y hermanas de esta parte del planeta, que sufren injusticia y marginación, hambre y miseria.

Como ayer, como hoy y como siempre:

¡VÍVA VICTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE!
¡VIVA EL DIA DE LA FRATERNIDAD!


* La filosofía de Haya de la Torre es muy extensa y es materia de estudio, de seminarios, de conferencias y coloquios, por expertos. Al ilustre peruano, trujillano e indoamericano se le considera como el hombre del siglo XX pero su proyección ya ha comenzado en este siglo XXI, pues otro de sus amigos el uruguayo y ex presidente del BID, Enrique Iglesias así lo confirma:

En Roma, en 1986, me recordó que Haya de la Torre siempre está presente, con sus ideas y sus postulados en todas las cumbres, conferencias y seminarios y es cada vez más grande por su mensaje, por su doctrina y sus ideas hacia la integración Latinoamericana. “Es como el Cid Campeador que gana batallas hasta después de muerto”, son sus palabras textuales.

Víctor Raúl Haya de la Torre, vive ahora más allá de las deslealtades de quienes fueron la esperanza de la continuidad de su obra. El tiempo que vive Ibero América, América Latina o Indoamérica, es el mejor homenaje a su memoria. Por eso a Haya de la Torre se le honra por ser uno de los hombres probos y limpios en cuerpo y alma que después de muertos se vuelven figuras gloriosas.

En la actualidad la asunción de gobiernos de izquierda en países como Chile, Brasil, Uruguay, Venezuela, Bolivia, Argentina y recientemente Nicaragua y Ecuador, caminan enarbolando los pendones de la integración, de la complementación económica, de la toma de decisiones previamente consensuadas y de compromisos de asistencia recíproca, entre los grandes objetivos, para darle dimensión continental a nuestra soberanía, a nuestra dignidad de “Pueblo Continente”, de la “América del futuro”.

Ahora corresponde a las nuevas generaciones, a los nuevos líderes, que los hay, pero que hace falta una fuerza ciclópea para recuperar a nuestro Partido. Por eso pedimos a todos sus militantes dentro y fuera del país a unirse en ese empeño que es el llamado que nos hace Víctor Raúl desde su gloriosa tumba.
Bien decía Haya de la Torre, que “el porvenir nos debe una victoria” y tal deuda sigue en pie, quizás hasta que se retomen los principios del aprismo para la forja de la debida conciencia de peruanos, urgidos de un limpio e inteligente liderazgo, capaz de emular los esfuerzos y sacrificios del fundador del APRA.

Por Ricardo F. Ñique Cornelio
Secretario General de la Célula Aprista Víctor Raúl Haya de la Torre de Madrid