MANUEL C. ÑIQUE CORNELIO (En el segundo aniversario de su muerte)
Manuel no te has ido, sigues en nuestros corazones,
de tu familia que no te olvida
y de tus amigos que siempre
te recuerdan y peguntan por ti.
Como sociólogo, Manuel Ñique siempre luchó por la libertad de conciencia, por la libertad de prensa, la libertad de expresión, por el derecho al trabajo, el derecho a la justicia, y dijo que no hay que confundir justicia con dádiva, el pan como una dádiva sino como el producto del esfuerzo del ser humano para ganárselo, como nos enseñó Haya de la Torre, precisó.
No quiero que nadie usurpe mi libertad de conciencia, no acepto que nadie mal interprete mi buen deseo de contribuir al Perú, al progreso, al desarrollo de mi país.
No quiero que nadie señale mi mano para suscribir un documento que no me convence, eso significa ejercicio de la libertad de conciencia. Y ser aprista significa disciplina, y disciplina es aceptar el consenso, pero el consenso bien establecido desde abajo, no inducido desde arriba, desde las “cúpulas”.
Manuel Ñique Cornelio desarrolló su labor sobre todo en el extranjero ante las organizaciones internacionales y no desempeñó cargo alguno del gobierno peruano, menos de la “cúpula” ilegal de traidores y serviles del capitalismo neoliberal que toman el nombre del APRA y del Maestro Víctor Raúl Haya de la Torre.
El luchó con denuedo por los trabajadores como representante de la Organización Regional Interamericana del Trabajo, ORIT, visitó centrales sindicales de Europa, de América, de Asia y África, e institutos de capacitación y centros de cultura.
Por recomendación de Haya de la Torre viaja a los países nórdicos. En Suecia hizo amistad con Olof Palme y en Dinamarca estudios sobre técnicas de motivación para el cambio organizacional, Danish Trade Federation, Elsinore, Dinamarca, el uso de medios de comunicación en la educación de los trabajadores.
En Francia, Suiza, España e Italia consiguió intercambios con centros académicos, y en Roma, con las centrales sindicales CISL, CGIL y UIL, Instituto Italo Latinoamericano, IILA y el Centro de Acción Latina.
Manuel condenó siempre a los falsos apristas que integran la cúpula ilegal como firme defensor de Víctor Raúl Haya de la Torre y José C. Mariátegui.
Tenemos que detener la vertiginosa avanzada del fenómeno traidor, ante la miseria y la pobreza de los hogares peruanos, que afecta ya desde su primer gobierno deficitario que el mismo Alan García Pérez presidió y que destruyó la economía del país y las bases morales de la nación, para terminar entregando al Perú, con el uso de sus activas maquinaciones y sin escrúpulo alguno, a una aventura execrable.
Con un llamado a los militantes recordaba a los compañeros históricos del aprismo:
¿Acaso los grandes líderes, Haya de la Torre, Ramiro Prialé, Manuel Seoane, Carlos Manuel Cox, Antenor Orego, Alcides Spelucín, Manuel Arévalo, Bufalo Barreto, Luís Alberto Sánchez, Alberto Valencia no padecieron hambre y miseria?
¿Acaso no fueron tentados por la fortuna material, para que dejaran de lado sus compromisos de justicia?. Ellos y todos ellos se resistieron a las tentaciones del oro de la oligarquía para seguir siendo hombres cabales y morir en la humildad de sus hogares y dejar a las generaciones presentes y futuras vitales lecciones de moral y de ética.
Todos ellos predicaron con el ejemplo y tuvieron seguidores, hombres y mujeres, que resistieron con tenacidad a las tentaciones del poder y más tarde mantenerse vigentes en la lucha por la democracia, la justicia social, la igualdad y la equidad ante el Estado de Derecho. Sólo ellos los seguidores de Víctor Raúl Haya de la Torre, tienen toda la autoridad para juzgar y darnos lecciones de Ética y Moral”.
Recuerdo, de regreso de México, visitando la casa del Partido Manuel se sintió muy disgustado. Con el compañero Arturo Loli habían fundado Radio Continente, la radio del partido pero los advenedizos y ladrones de poca monta la hicieron desaparecer con el pillaje y el endeudamiento. Tras la muerte de Víctor Raúl ya nada funcionaba por culpa de tanta gente sin escrúpulos llegada de varias vertientes, que creen que el partido es para aprovecharse. El compañero Arturo Loli murió pobre y decepcionado durante el período nefasto de las tropelías de Alan García Pérez, (en su primer gobierno), y nadie le tendió una mano, falleció olvidado por esos falsos compañeros que usan el membrete del APRA para sus propios beneficios.
Especialmente a los jóvenes dijo: retomemos la doctrina de Haya de la Torre, el más grande legado histórico que nos dejó y a cada instante debemos tener presente la memoria del gran Indoamericano, inmortal, universal y los principios éticos que defendió con el ejemplo de su propia vida, una vida al servicio del pueblo sin ambiciones de riquezas, sin residencias de lujo, sin ostentación ni exilios dorados…
Su vida ejemplar transcurrió sin mancha alguna, en total y absoluta austeridad.
A Manuel Ñique se le recordará siempre. Muchas personas no lo conocieron pero fueron asiduos oyentes de sus programas radiofónicos y hoy le rinden homenaje por su
profesionalidad y maestría, porque supo ilusionar con su voz, con su inteligencia y su capacidad de experimentado comunicador.
En México, “El mundo en que vivimos” despierta interés por los temas que el autor sabe tratar y constituye un claro mensaje de cómo hacer radio moderna.
“Viajando con la Red”, es también la invitación a disfrutar de forma placentera de países y lugares que Manuel visitó en sus viajes alrededor del mundo.
En el Perú, su país natal, don Manuel marcó un hito en la historia de la radio, durante la época de Radio Panamericana de Lima junto a los personajes Pepe Ludmir, Humberto
Martínez Morosini, Ina Duval, Bacigalupo, Zeballos y Pablo de Mandalengoitia.
Destacado antropólogo, sociólogo y sindicalista es recordado por sus colegas y sus discípulos del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión, STIRT, (por él fundado en México), del departamento de Asuntos Sociales de la ORIT, por su trabajo realizado, su abnegación y sus enseñanzas, que don Manuel hizo escuela. Ojala que uno de sus hijos herede su sabiduría, su capacidad y sus obras, manifestó con profundo sentimiento uno de sus compañeros, en sus condolencias a la familia.
De tu hermano Ricardo F. Ñique Cornelio
MANUEL Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Pocos conocen a Manuel Ñique como destacado profesional de organizaciones internacionales siempre por el bien de su país, el Perú, que lo dio todo sin esperar recompensa alguna.
Su desvelo era la lucha de los trabajadores, por eso en sus largos viajes como representante de la Organización Internacional del Trabajo, ORIT, visitó las centrales sindicales europeas y los Institutos de capacitación y numerosos organismos culturales. Por recomendación de Víctor Raúl viajó a los países nórdicos. En Suecia hizo amistad con Olof Palme y en Dinamarca sus estudios sobre técnicas de motivación para el cambio organizacional, Danish Trade Federation, Elsimore, Dinamarca, además del uso de los Medios de Comunicación en la educación de los trabajadores. Sus viajes por Francia, Suiza e Italia eran frecuentes. En Roma tuvo numerosos encuentros con personalidades sindicales, CISL, CGIL y UIL y el Instituto Italo Latinoamericano, IILA
Importante recinto de encuentro con los países de América Latina.
(Manuel conversando con el secretario general del IILA, embajador Enrico Aillaud)
A Manuel Ñique Cornelio se le recordará siempre, pese a que nunca desempeño cargo alguno del gobierno peruano. Personas que no lo conocieron pero asiduos oyentes de sus programas de radio le rinden homenaje póstumo a este profesional que supo ilusionar con su voz, su inteligencia, generosidad y su capacidad de experimentado comunicador.
En México, su programa “El mundo en que vivimos” despierta aún la atención por los temas tratados como un claro y elegante mensaje de como hacer radio moderna. “Viajando con la red”, es otra invitación que el autor nos hace para disfrutar de los lugares interesantes, con método y minucioso estudio del diario acontecer.
En el Perú, su tierra natal, Manuel triunfó marcando un hito en la época de Radio Panamericana de Lima, junto a personajes, Pepe Ludmir, Humberto Martínez Morosini, Bacigalupo, Zeballos, Ina Duval y otros famosos como Pablo de Mandalengoitia.
Destacado antropólogo, sociólogo y sindicalista, así lo recuerdan sus discípulos y sus compañeros del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión, Stirt, de México, y de la Organización Regional Interamericana del Trabajo, ORIT, responsable del departamento de Asuntos Sociales. Todos valoran su trabajo y sus enseñanzas porque don Manuel Ñique hizo escuela a nivel internacional a favor de los trabajadores.
Ojala, sus hijos hereden su sabiduría, su capacidad y sus obras, comentó uno de sus compañeros del sindicato, al enterarse de su fallecimiento.
Viajero incansable mantuvo excelentes relaciones con organismos internacionales, especialmente en el campo sindical, con la Organización Internacional del Trabajo, OIT y sindicatos de Europa, con interés para nuestro país y el Partido Aprista Peruano.
La Confederación de Trabajadores del Perú, C. T. P. y los compañeros expresaron su pesar por su inesperada muerte. En el Partido Aprista Peruano lo asocian a los grandes líderes como Ramiro Prialé, Luís Alberto Sánchez, Luís Heysen, Andrés Towsend Escurra y Manuel Seoane Corrales con quienes departió en reuniones importantes para analizar asuntos políticos y sociales. Con el “Cachorro” Manuel Seoane muchas son las vivencias partidarias, recuerdo uno de nuestros encuentros: Eran pasadas las once de la noche, del otoño limeño cuando mi hermano y yo encontramos a Manolo Seoane Corrales, caminando por la Av. Wilson, una céntrica arteria de la ciudad, que daba su devoto paseo antes de dormir. Era alto, de elegante porte y de fácil palabra, aún en el trato amical y muy ágil en la broma. Pues esa noche nos preguntó por lo que hacíamos en la universidad, en el Partido, y en nuestra patria chica, el pueblo de Moche, donde su hermano Juan había conocido la hospitalidad de nuestra familia, en tiempos de la clandestinidad.
Ramiro Prialé era cariñoso con el y solía llamarle Manuelito, en el depositaba su confianza como organizador de conferencias y las agendas del Partido.
Con Andrés Towsend participó en varias reuniones en el Parlamento Latinoamericano del que era presidente. Aún conservo la bandera de fondo azul que me obsequió en 1967, en Lima. Una noche en la Casa del Pueblo los amigos y compañeros coincidimos que Andrés Towsend podría ser un buen Presidente para el Perú.
Sus relaciones con Luís Alberto Sánchez se centraban más en el ámbito de la cultura y en los círculos universitarios. Manuel fue un admirador de Luís Alberto Sánchez al mismo tiempo que se sentía orgulloso de su amistad con el anciano intelectual.
Naturalmente con el Maestro Víctor Raúl Haya de la Torre sus encuentros eran más de tipo familiar, en la sede del Partido a eso de la media noche, el Jefe disponía de tiempo en las reuniones que celebraba por separado con la participación de compañeros de organismos regionales y provinciales.
Víctor Raúl preguntaba ¿dónde está el antropólogo? Y todos le pasaban la voz al compañero Ñique. Una noche, en agosto de 1967 Haya se reunió con nosotros para hablar de la familia y nos dijo que en su juventud se había enamorado de nuestra tía María Ñique. Pensándolo bien hoy sería vuestro tío, nos dijo, pues estuve enamorado de esa joven alta y bonita pero las circunstancias de la vida lo cambiaron todo, agregó. Desde muy niño Víctor Raúl y su familia pasaba sus vacaciones en el pueblo de Moche, a siete kilómetros de Trujillo, norte del Perú, y tuvo muchos amigos mocheros entre ellos distinguidos estudiosos como los Rosales, los Azahuanche, el pintor Pedro Azabache, Ramiro Ñique Espíritu, el poeta y escritor Eulogio Garrido.
Durante la gran persecución el pueblo de Moche fue base y recinto glorioso del Aprismo, antes y durante la Revolución de 1932, al lado de la Ciudad Mártir de Trujillo y la campiña se distinguió por el decidido aporte de valerosos compañeros apristas.
Por eso el Jefe nunca se olvidó del pueblo Muchik, de su gente a la que quería como su familia empeñada en la lucha por la sagrada causa, la justicia social.
Mi hermano Manuel Ñique Cornelio, nunca se olvidó de su querido pueblo, por eso sostenía que Moche forjó la personalidad o fue testigo del aprismo, la cuna que meció esas células germinales de toda una ideología.
Manuel siempre condenó a los falsos apristas que integran la “cúpula” ilegal y fue un firme defensor de Víctor Raúl Haya de la Torre y de José Carlos Mariátegui.
Ahora que América y particularmente los países de América del Sur dan la batalla por la segunda emancipación, manifestó; es tiempo de darle el lugar que les corresponde a los dos ilustres peruanos.
El primero por su perseverancia en la lucha por la integración de América Latina, o Indoamérica como solía llamarla.
Fue declarado proscrito por las dictaduras de toda la región, en domesticado acatamiento de los dictados del imperialismo.
Mariátegui, porque puso en el centro del debate los derechos de los pueblos indígenas del Perú y por extensión a todos los indios de América Latina, marginados y explotados como fuerza de trabajo sometida por el gamonalismo a labores extenuantes en las minas y en los latifundios, por salarios de hambre y negados de todo derecho.
Recordó que el destino del pueblo peruano todavía tardará en alcanzar su redención.
Todos los partidos políticos están marcados por el estigma de la corrupción, de la simulación democrática y armados de mañas para mantenerse pegado a la ubre del erario nacional.
Debo decir en honor a Víctor Raúl Haya de la Torre, que Alan García Pérez no es candidato del pueblo aprista, porque jamás lo ha consultado. Este usurpador de la memoria de Haya de la Torre, será castigado con el rechazo de la ciudadanía peruana.
* Esto es lo que denunciaba Víctor Raúl Haya de la Torre, para lograr un Perú libre y soberano, con participación del pueblo, con un gobierno democrático, elegido por el pueblo y para el pueblo, es decir gobernado democráticamente, de abajo hacia arriba y no impuesto desde arriba.
DEDICADO A MOCHE.-Lo digo esto porque este pueblo forjó la personalidad o fue testigo, la cuna que meció esas células germinales de toda una ideología. Ya aquí se ha referido El Antiimperialismo y el APRA y su libro publicado en 1928. Fíjense ustedes, recién casi cincuenta o cuarenta años después la Unión Europea logra su integración y América Latina todavía no lo logra. Hugo Chávez ha querido repetir las palabras de Bolívar pero no ha tenido la habilidad, la sensibilidad para entender que la redención de América Latina se hace a base de la unión de voluntades de otras naciones por eso fracasa. Yo he conocido y seguido muy de cerca el caso de Hugo Chávez y lo he estudiado. Y entonces, ¿qué falta en América latina?, un poquito más de contacto entre los políticos, los intelectuales para que intercambien ideas y entiendan que el destino de América Latina no va a venir de otra parte si no de adentro de los latinoamericanos para su propia redención porque cuando vienen los empresarios españoles creen que regresan a reconquistar sus colonias e imponen sus condiciones netamente neoliberales.
Cuando vienen los gringos creen que esto todavía es el Perú de la época de la Internacional Petroleum Company, en fin, cuando vienen los británicos creen también que es una posesión de ultramar.
Haya de la Torre no estaba ni contra Estados Unidos ni contra Inglaterra ni contra Francia. No había en el una xenofobia, odio al extranjero, no. El señalaba el fenómeno económico y su resultante imperialismo, y lo señalaba como de dos caras; una cara positiva y una cara negativa. Lo positivo es que ayuda a los pueblos a transitar del estado primario de la economía al estado secundario y al terciario en cuanto a la aplicación de técnicas para transformar las riquezas potenciales, para instruir a la gente y hacerla capaz de crear riqueza. Entonces por el otro lado vio que el imperialismo era malo porque los gringos, para poner el caso de los gringos, a una manera de conservar sus posesiones era a través de gobiernos de dictadura.Y fíjense ustedes en este momento
el señor Bush, hace como dos meses acaba de decir que en América Latina se necesita gobiernos fuertes.
Entendamos que son gobiernos fuertes, y para darnos crédito Argentina dijo un senador hay que esperar hasta que los militares tomen el poder. Están pensando en otra dimensión de tiempo y espacio, no. Esto es lo que denunciaba Haya de la Torre.
Creo que la filosofía de Haya es muy extensa, muy extensa y es materia de una serie de cursos, seminarios, en fin, por expertos.
Lo que quiero decir esta noche compañeros y compañeras es que la única forma de honrar a Víctor Raúl es entender su doctrina. Y en ella está la lucha por la libertad de conciencia, la libertad de prensa, la libertad de expresión, el derecho al trabajo, el derecho a la justicia. Y en esto de la justicia me detengo un ratito porque no confundamos justicia con dádiva, no confundamos la justicia, el pan, no ?, como una dádiva si no como el producto del esfuerzo del ser humano para ganárselo. Y entonces Haya de la Torre, yo recuerdo, desde muy chico. Yo he sido un grosero, un rebelde contra todo autoritarismo y lo sigo siendo. No admito que nadie usurpe mi libertad de conciencia, no acepto que nadie interprete y mal interprete mi buen deseo de contribuir al Perú, al progreso, al desarrollo del país. No quiero que nadie señale mi mano para suscribir un documento que no me convence. Ese significa ejercicio de la libertad de conciencia. Ser aprista significa disciplina. Disciplina es aceptar el consenso, pero el consenso bien establecido desde abajo, no inducido desde arriba, desde las “cúpulas”.
Vengo de un país que ha terminado 71 años de dictadura de un solo partido, que prohijó corrupción. Eso es terrible, ¿y qué pasó?, ganó un partido de derecha, ahora demuestra ese partido de derecha que es más corrupto que el anterior. ¿Cómo queda el pueblo?, ¿Cómo queda el pueblo?, ¿Porqué queda desamparado?, porque no se le enseñó a expresar su voluntad, a participar en la toma de decisiones. No se le permitió pensar libremente, si no que venían las consignas de arriba y había que aceptarlas.
Queremos construir una democracia?. Primero tenemos que ser democráticos, y democráticos desde la raíz, para poder construir una democracia como aspiró a construir Haya de la Torre. Ni pan sin libertad, ni libertad sin pan. Allí la base de la justicia social y la democracia y el estado de derecho.
Honremos pues a VRHT con plenitud de conciencia, no solamente como un acto emotivo que es bien merecido y justificado si no con el compromiso de entender el mensaje de Haya de la Torre y de ponerlo en práctica como norma de vida cotidiana.
ESTAMOS LEJOS…
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Víctor Raúl nació en Trujillo, pero se crió en Moche. Su infancia la pasó en Moche, allí forjó sus ideales, sus amigos, fueron amigos de toda la vida.
Lástima que hoy el Partido no tenga la vitalidad que Haya de la Torre le infundió, los tiempos son diferentes. Entonces sí hablamos de democracia tenemos que democratizar primero el Partido, que el partido surja de abajo no que venga de arriba, las directrices de x- z, persona que se siente como que si fuera la autoridad o el dios supremo de un partido que siempre ha surgido de la base. Este es un llamado para que hagan ora pidan partidaria en las bases del partido y no locales centrales de Trujillo, o de Lima o de cualquier capital del país. Que se reúnan en sus sectores y allí hablen de cómo democratizar el partido que ya no vengan las cúpulas a imponer sus criterios y que dijo fulano y que dijo mengano, que si no te alienas te expulsamos del partido. Ninguna de esas personas está en capacidad de expulsar a nadie, nadie. Están tan manchados, tan manchados por fracaso y la corrupción que no tienen autoridad para hablar en nombre de Víctor Raúl Haya de la Torre.
de tu familia que no te olvida
y de tus amigos que siempre
te recuerdan y peguntan por ti.
Como sociólogo, Manuel Ñique siempre luchó por la libertad de conciencia, por la libertad de prensa, la libertad de expresión, por el derecho al trabajo, el derecho a la justicia, y dijo que no hay que confundir justicia con dádiva, el pan como una dádiva sino como el producto del esfuerzo del ser humano para ganárselo, como nos enseñó Haya de la Torre, precisó.
No quiero que nadie usurpe mi libertad de conciencia, no acepto que nadie mal interprete mi buen deseo de contribuir al Perú, al progreso, al desarrollo de mi país.
No quiero que nadie señale mi mano para suscribir un documento que no me convence, eso significa ejercicio de la libertad de conciencia. Y ser aprista significa disciplina, y disciplina es aceptar el consenso, pero el consenso bien establecido desde abajo, no inducido desde arriba, desde las “cúpulas”.
Manuel Ñique Cornelio desarrolló su labor sobre todo en el extranjero ante las organizaciones internacionales y no desempeñó cargo alguno del gobierno peruano, menos de la “cúpula” ilegal de traidores y serviles del capitalismo neoliberal que toman el nombre del APRA y del Maestro Víctor Raúl Haya de la Torre.
El luchó con denuedo por los trabajadores como representante de la Organización Regional Interamericana del Trabajo, ORIT, visitó centrales sindicales de Europa, de América, de Asia y África, e institutos de capacitación y centros de cultura.
Por recomendación de Haya de la Torre viaja a los países nórdicos. En Suecia hizo amistad con Olof Palme y en Dinamarca estudios sobre técnicas de motivación para el cambio organizacional, Danish Trade Federation, Elsinore, Dinamarca, el uso de medios de comunicación en la educación de los trabajadores.
En Francia, Suiza, España e Italia consiguió intercambios con centros académicos, y en Roma, con las centrales sindicales CISL, CGIL y UIL, Instituto Italo Latinoamericano, IILA y el Centro de Acción Latina.
Manuel condenó siempre a los falsos apristas que integran la cúpula ilegal como firme defensor de Víctor Raúl Haya de la Torre y José C. Mariátegui.
Tenemos que detener la vertiginosa avanzada del fenómeno traidor, ante la miseria y la pobreza de los hogares peruanos, que afecta ya desde su primer gobierno deficitario que el mismo Alan García Pérez presidió y que destruyó la economía del país y las bases morales de la nación, para terminar entregando al Perú, con el uso de sus activas maquinaciones y sin escrúpulo alguno, a una aventura execrable.
Con un llamado a los militantes recordaba a los compañeros históricos del aprismo:
¿Acaso los grandes líderes, Haya de la Torre, Ramiro Prialé, Manuel Seoane, Carlos Manuel Cox, Antenor Orego, Alcides Spelucín, Manuel Arévalo, Bufalo Barreto, Luís Alberto Sánchez, Alberto Valencia no padecieron hambre y miseria?
¿Acaso no fueron tentados por la fortuna material, para que dejaran de lado sus compromisos de justicia?. Ellos y todos ellos se resistieron a las tentaciones del oro de la oligarquía para seguir siendo hombres cabales y morir en la humildad de sus hogares y dejar a las generaciones presentes y futuras vitales lecciones de moral y de ética.
Todos ellos predicaron con el ejemplo y tuvieron seguidores, hombres y mujeres, que resistieron con tenacidad a las tentaciones del poder y más tarde mantenerse vigentes en la lucha por la democracia, la justicia social, la igualdad y la equidad ante el Estado de Derecho. Sólo ellos los seguidores de Víctor Raúl Haya de la Torre, tienen toda la autoridad para juzgar y darnos lecciones de Ética y Moral”.
Recuerdo, de regreso de México, visitando la casa del Partido Manuel se sintió muy disgustado. Con el compañero Arturo Loli habían fundado Radio Continente, la radio del partido pero los advenedizos y ladrones de poca monta la hicieron desaparecer con el pillaje y el endeudamiento. Tras la muerte de Víctor Raúl ya nada funcionaba por culpa de tanta gente sin escrúpulos llegada de varias vertientes, que creen que el partido es para aprovecharse. El compañero Arturo Loli murió pobre y decepcionado durante el período nefasto de las tropelías de Alan García Pérez, (en su primer gobierno), y nadie le tendió una mano, falleció olvidado por esos falsos compañeros que usan el membrete del APRA para sus propios beneficios.
Especialmente a los jóvenes dijo: retomemos la doctrina de Haya de la Torre, el más grande legado histórico que nos dejó y a cada instante debemos tener presente la memoria del gran Indoamericano, inmortal, universal y los principios éticos que defendió con el ejemplo de su propia vida, una vida al servicio del pueblo sin ambiciones de riquezas, sin residencias de lujo, sin ostentación ni exilios dorados…
Su vida ejemplar transcurrió sin mancha alguna, en total y absoluta austeridad.
A Manuel Ñique se le recordará siempre. Muchas personas no lo conocieron pero fueron asiduos oyentes de sus programas radiofónicos y hoy le rinden homenaje por su
profesionalidad y maestría, porque supo ilusionar con su voz, con su inteligencia y su capacidad de experimentado comunicador.
En México, “El mundo en que vivimos” despierta interés por los temas que el autor sabe tratar y constituye un claro mensaje de cómo hacer radio moderna.
“Viajando con la Red”, es también la invitación a disfrutar de forma placentera de países y lugares que Manuel visitó en sus viajes alrededor del mundo.
En el Perú, su país natal, don Manuel marcó un hito en la historia de la radio, durante la época de Radio Panamericana de Lima junto a los personajes Pepe Ludmir, Humberto
Martínez Morosini, Ina Duval, Bacigalupo, Zeballos y Pablo de Mandalengoitia.
Destacado antropólogo, sociólogo y sindicalista es recordado por sus colegas y sus discípulos del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión, STIRT, (por él fundado en México), del departamento de Asuntos Sociales de la ORIT, por su trabajo realizado, su abnegación y sus enseñanzas, que don Manuel hizo escuela. Ojala que uno de sus hijos herede su sabiduría, su capacidad y sus obras, manifestó con profundo sentimiento uno de sus compañeros, en sus condolencias a la familia.
De tu hermano Ricardo F. Ñique Cornelio
MANUEL Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Pocos conocen a Manuel Ñique como destacado profesional de organizaciones internacionales siempre por el bien de su país, el Perú, que lo dio todo sin esperar recompensa alguna.
Su desvelo era la lucha de los trabajadores, por eso en sus largos viajes como representante de la Organización Internacional del Trabajo, ORIT, visitó las centrales sindicales europeas y los Institutos de capacitación y numerosos organismos culturales. Por recomendación de Víctor Raúl viajó a los países nórdicos. En Suecia hizo amistad con Olof Palme y en Dinamarca sus estudios sobre técnicas de motivación para el cambio organizacional, Danish Trade Federation, Elsimore, Dinamarca, además del uso de los Medios de Comunicación en la educación de los trabajadores. Sus viajes por Francia, Suiza e Italia eran frecuentes. En Roma tuvo numerosos encuentros con personalidades sindicales, CISL, CGIL y UIL y el Instituto Italo Latinoamericano, IILA
Importante recinto de encuentro con los países de América Latina.
(Manuel conversando con el secretario general del IILA, embajador Enrico Aillaud)
A Manuel Ñique Cornelio se le recordará siempre, pese a que nunca desempeño cargo alguno del gobierno peruano. Personas que no lo conocieron pero asiduos oyentes de sus programas de radio le rinden homenaje póstumo a este profesional que supo ilusionar con su voz, su inteligencia, generosidad y su capacidad de experimentado comunicador.
En México, su programa “El mundo en que vivimos” despierta aún la atención por los temas tratados como un claro y elegante mensaje de como hacer radio moderna. “Viajando con la red”, es otra invitación que el autor nos hace para disfrutar de los lugares interesantes, con método y minucioso estudio del diario acontecer.
En el Perú, su tierra natal, Manuel triunfó marcando un hito en la época de Radio Panamericana de Lima, junto a personajes, Pepe Ludmir, Humberto Martínez Morosini, Bacigalupo, Zeballos, Ina Duval y otros famosos como Pablo de Mandalengoitia.
Destacado antropólogo, sociólogo y sindicalista, así lo recuerdan sus discípulos y sus compañeros del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión, Stirt, de México, y de la Organización Regional Interamericana del Trabajo, ORIT, responsable del departamento de Asuntos Sociales. Todos valoran su trabajo y sus enseñanzas porque don Manuel Ñique hizo escuela a nivel internacional a favor de los trabajadores.
Ojala, sus hijos hereden su sabiduría, su capacidad y sus obras, comentó uno de sus compañeros del sindicato, al enterarse de su fallecimiento.
Viajero incansable mantuvo excelentes relaciones con organismos internacionales, especialmente en el campo sindical, con la Organización Internacional del Trabajo, OIT y sindicatos de Europa, con interés para nuestro país y el Partido Aprista Peruano.
La Confederación de Trabajadores del Perú, C. T. P. y los compañeros expresaron su pesar por su inesperada muerte. En el Partido Aprista Peruano lo asocian a los grandes líderes como Ramiro Prialé, Luís Alberto Sánchez, Luís Heysen, Andrés Towsend Escurra y Manuel Seoane Corrales con quienes departió en reuniones importantes para analizar asuntos políticos y sociales. Con el “Cachorro” Manuel Seoane muchas son las vivencias partidarias, recuerdo uno de nuestros encuentros: Eran pasadas las once de la noche, del otoño limeño cuando mi hermano y yo encontramos a Manolo Seoane Corrales, caminando por la Av. Wilson, una céntrica arteria de la ciudad, que daba su devoto paseo antes de dormir. Era alto, de elegante porte y de fácil palabra, aún en el trato amical y muy ágil en la broma. Pues esa noche nos preguntó por lo que hacíamos en la universidad, en el Partido, y en nuestra patria chica, el pueblo de Moche, donde su hermano Juan había conocido la hospitalidad de nuestra familia, en tiempos de la clandestinidad.
Ramiro Prialé era cariñoso con el y solía llamarle Manuelito, en el depositaba su confianza como organizador de conferencias y las agendas del Partido.
Con Andrés Towsend participó en varias reuniones en el Parlamento Latinoamericano del que era presidente. Aún conservo la bandera de fondo azul que me obsequió en 1967, en Lima. Una noche en la Casa del Pueblo los amigos y compañeros coincidimos que Andrés Towsend podría ser un buen Presidente para el Perú.
Sus relaciones con Luís Alberto Sánchez se centraban más en el ámbito de la cultura y en los círculos universitarios. Manuel fue un admirador de Luís Alberto Sánchez al mismo tiempo que se sentía orgulloso de su amistad con el anciano intelectual.
Naturalmente con el Maestro Víctor Raúl Haya de la Torre sus encuentros eran más de tipo familiar, en la sede del Partido a eso de la media noche, el Jefe disponía de tiempo en las reuniones que celebraba por separado con la participación de compañeros de organismos regionales y provinciales.
Víctor Raúl preguntaba ¿dónde está el antropólogo? Y todos le pasaban la voz al compañero Ñique. Una noche, en agosto de 1967 Haya se reunió con nosotros para hablar de la familia y nos dijo que en su juventud se había enamorado de nuestra tía María Ñique. Pensándolo bien hoy sería vuestro tío, nos dijo, pues estuve enamorado de esa joven alta y bonita pero las circunstancias de la vida lo cambiaron todo, agregó. Desde muy niño Víctor Raúl y su familia pasaba sus vacaciones en el pueblo de Moche, a siete kilómetros de Trujillo, norte del Perú, y tuvo muchos amigos mocheros entre ellos distinguidos estudiosos como los Rosales, los Azahuanche, el pintor Pedro Azabache, Ramiro Ñique Espíritu, el poeta y escritor Eulogio Garrido.
Durante la gran persecución el pueblo de Moche fue base y recinto glorioso del Aprismo, antes y durante la Revolución de 1932, al lado de la Ciudad Mártir de Trujillo y la campiña se distinguió por el decidido aporte de valerosos compañeros apristas.
Por eso el Jefe nunca se olvidó del pueblo Muchik, de su gente a la que quería como su familia empeñada en la lucha por la sagrada causa, la justicia social.
Mi hermano Manuel Ñique Cornelio, nunca se olvidó de su querido pueblo, por eso sostenía que Moche forjó la personalidad o fue testigo del aprismo, la cuna que meció esas células germinales de toda una ideología.
Manuel siempre condenó a los falsos apristas que integran la “cúpula” ilegal y fue un firme defensor de Víctor Raúl Haya de la Torre y de José Carlos Mariátegui.
Ahora que América y particularmente los países de América del Sur dan la batalla por la segunda emancipación, manifestó; es tiempo de darle el lugar que les corresponde a los dos ilustres peruanos.
El primero por su perseverancia en la lucha por la integración de América Latina, o Indoamérica como solía llamarla.
Fue declarado proscrito por las dictaduras de toda la región, en domesticado acatamiento de los dictados del imperialismo.
Mariátegui, porque puso en el centro del debate los derechos de los pueblos indígenas del Perú y por extensión a todos los indios de América Latina, marginados y explotados como fuerza de trabajo sometida por el gamonalismo a labores extenuantes en las minas y en los latifundios, por salarios de hambre y negados de todo derecho.
Recordó que el destino del pueblo peruano todavía tardará en alcanzar su redención.
Todos los partidos políticos están marcados por el estigma de la corrupción, de la simulación democrática y armados de mañas para mantenerse pegado a la ubre del erario nacional.
Debo decir en honor a Víctor Raúl Haya de la Torre, que Alan García Pérez no es candidato del pueblo aprista, porque jamás lo ha consultado. Este usurpador de la memoria de Haya de la Torre, será castigado con el rechazo de la ciudadanía peruana.
* Esto es lo que denunciaba Víctor Raúl Haya de la Torre, para lograr un Perú libre y soberano, con participación del pueblo, con un gobierno democrático, elegido por el pueblo y para el pueblo, es decir gobernado democráticamente, de abajo hacia arriba y no impuesto desde arriba.
DEDICADO A MOCHE.-Lo digo esto porque este pueblo forjó la personalidad o fue testigo, la cuna que meció esas células germinales de toda una ideología. Ya aquí se ha referido El Antiimperialismo y el APRA y su libro publicado en 1928. Fíjense ustedes, recién casi cincuenta o cuarenta años después la Unión Europea logra su integración y América Latina todavía no lo logra. Hugo Chávez ha querido repetir las palabras de Bolívar pero no ha tenido la habilidad, la sensibilidad para entender que la redención de América Latina se hace a base de la unión de voluntades de otras naciones por eso fracasa. Yo he conocido y seguido muy de cerca el caso de Hugo Chávez y lo he estudiado. Y entonces, ¿qué falta en América latina?, un poquito más de contacto entre los políticos, los intelectuales para que intercambien ideas y entiendan que el destino de América Latina no va a venir de otra parte si no de adentro de los latinoamericanos para su propia redención porque cuando vienen los empresarios españoles creen que regresan a reconquistar sus colonias e imponen sus condiciones netamente neoliberales.
Cuando vienen los gringos creen que esto todavía es el Perú de la época de la Internacional Petroleum Company, en fin, cuando vienen los británicos creen también que es una posesión de ultramar.
Haya de la Torre no estaba ni contra Estados Unidos ni contra Inglaterra ni contra Francia. No había en el una xenofobia, odio al extranjero, no. El señalaba el fenómeno económico y su resultante imperialismo, y lo señalaba como de dos caras; una cara positiva y una cara negativa. Lo positivo es que ayuda a los pueblos a transitar del estado primario de la economía al estado secundario y al terciario en cuanto a la aplicación de técnicas para transformar las riquezas potenciales, para instruir a la gente y hacerla capaz de crear riqueza. Entonces por el otro lado vio que el imperialismo era malo porque los gringos, para poner el caso de los gringos, a una manera de conservar sus posesiones era a través de gobiernos de dictadura.Y fíjense ustedes en este momento
el señor Bush, hace como dos meses acaba de decir que en América Latina se necesita gobiernos fuertes.
Entendamos que son gobiernos fuertes, y para darnos crédito Argentina dijo un senador hay que esperar hasta que los militares tomen el poder. Están pensando en otra dimensión de tiempo y espacio, no. Esto es lo que denunciaba Haya de la Torre.
Creo que la filosofía de Haya es muy extensa, muy extensa y es materia de una serie de cursos, seminarios, en fin, por expertos.
Lo que quiero decir esta noche compañeros y compañeras es que la única forma de honrar a Víctor Raúl es entender su doctrina. Y en ella está la lucha por la libertad de conciencia, la libertad de prensa, la libertad de expresión, el derecho al trabajo, el derecho a la justicia. Y en esto de la justicia me detengo un ratito porque no confundamos justicia con dádiva, no confundamos la justicia, el pan, no ?, como una dádiva si no como el producto del esfuerzo del ser humano para ganárselo. Y entonces Haya de la Torre, yo recuerdo, desde muy chico. Yo he sido un grosero, un rebelde contra todo autoritarismo y lo sigo siendo. No admito que nadie usurpe mi libertad de conciencia, no acepto que nadie interprete y mal interprete mi buen deseo de contribuir al Perú, al progreso, al desarrollo del país. No quiero que nadie señale mi mano para suscribir un documento que no me convence. Ese significa ejercicio de la libertad de conciencia. Ser aprista significa disciplina. Disciplina es aceptar el consenso, pero el consenso bien establecido desde abajo, no inducido desde arriba, desde las “cúpulas”.
Vengo de un país que ha terminado 71 años de dictadura de un solo partido, que prohijó corrupción. Eso es terrible, ¿y qué pasó?, ganó un partido de derecha, ahora demuestra ese partido de derecha que es más corrupto que el anterior. ¿Cómo queda el pueblo?, ¿Cómo queda el pueblo?, ¿Porqué queda desamparado?, porque no se le enseñó a expresar su voluntad, a participar en la toma de decisiones. No se le permitió pensar libremente, si no que venían las consignas de arriba y había que aceptarlas.
Queremos construir una democracia?. Primero tenemos que ser democráticos, y democráticos desde la raíz, para poder construir una democracia como aspiró a construir Haya de la Torre. Ni pan sin libertad, ni libertad sin pan. Allí la base de la justicia social y la democracia y el estado de derecho.
Honremos pues a VRHT con plenitud de conciencia, no solamente como un acto emotivo que es bien merecido y justificado si no con el compromiso de entender el mensaje de Haya de la Torre y de ponerlo en práctica como norma de vida cotidiana.
ESTAMOS LEJOS…
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Víctor Raúl nació en Trujillo, pero se crió en Moche. Su infancia la pasó en Moche, allí forjó sus ideales, sus amigos, fueron amigos de toda la vida.
Lástima que hoy el Partido no tenga la vitalidad que Haya de la Torre le infundió, los tiempos son diferentes. Entonces sí hablamos de democracia tenemos que democratizar primero el Partido, que el partido surja de abajo no que venga de arriba, las directrices de x- z, persona que se siente como que si fuera la autoridad o el dios supremo de un partido que siempre ha surgido de la base. Este es un llamado para que hagan ora pidan partidaria en las bases del partido y no locales centrales de Trujillo, o de Lima o de cualquier capital del país. Que se reúnan en sus sectores y allí hablen de cómo democratizar el partido que ya no vengan las cúpulas a imponer sus criterios y que dijo fulano y que dijo mengano, que si no te alienas te expulsamos del partido. Ninguna de esas personas está en capacidad de expulsar a nadie, nadie. Están tan manchados, tan manchados por fracaso y la corrupción que no tienen autoridad para hablar en nombre de Víctor Raúl Haya de la Torre.